INDIO, CALIFORNIA.- El Coachella Stage estaba a reventar, la toma aérea de la transmisión por YouTube daba fe de que no cabía un alma más en el Empire Polo en donde se llevó a cabo el segundo día de la edición 20 del festival de Coachella, y ahí miles de personas, chicas y grandes, corearon las rolas de No Doubt, quienes volvieron al escenario desértico —y en general a los conciertos en vivo— después de nueve años de ausencia.

Las pantallas se iluminaron con las figuras de los cuatro integrantes de la banda quienes aparecieron en el escenario de una manera muy particular: emergieron de la parte baja del escenario sobre la pasarela para así reencontrarse con esa generación que creció con ellos… y las que le siguieron.

Gwen Stefani, con un vestuario que sólo ella podría portar y haciendo alusión a los pants deportivos que usaba en los 90, y un peinado de dos chonguitos, que combinaba a la perfección con los pantalones de cuadros de Tony Kanal, la imagen punk de Adrian Young y la sobriedad de Tom Dumont, hicieron resonar Hella Good, la canción con la que abrieron el baúl de los recuerdos.

Buenas noches, Coachella, quiero ver a cada una de las malditas personas que están aquí bailar”, lanzó Gwen. A sus 54 años, la californiana no le pide nada a ninguna de las cantantes en tendencia de hoy, tiene más energía que dos de ellas juntas y eso lo dejó en claro cuando dio voz, en medio de saltos y baile, a Sunday Morning.

Esa mezcla entre ska y punk con pop, rock y reggae le da el toque tan particular a la música de los californianos que es casi imposible no reconocer quiénes son los que están tocando y más cuando canciones como Ex-Girlfriend se presentan con sus primeros acordes.

Coachella 2024, ésta es nuestra vida”, lanzó la cantante después de presentar a sus compañeros de banda y hacer cantar al público con el clásico que combina esa parte melódica de las baladas y esa explosión del rock: It’s My Life, que cabe mencionar es un cóver de la banda británica y ochentera Talk Talk.

Ícono de moda y estilo then & now, el atuendo de Gwen Stefani hacía honor a los años que la vieron nacer como estrella de la música al frente de No Doubt y como una de las primeras mujeres que encabezaban una banda en los 90.

Esto es pura vieja escuela”, dijo la rubia mientras las trompetas de Different People, canción del disco Tragic Kingdom, de 1995, resonaron e hicieron cantar sólo a los más conocedores.

Y de pronto la banda dio un salto cuántico hasta 2001 cuando las pantallas se iluminaron con la tipografía de su quinto disco, Rock Steady, del cual no dudaron ni un instante en interpretar el exitoso sencillo Hey Baby, con el cual el público no paró de bailar y cantar.

¿De verdad están aquí, sábado en la noche de 2024 en Coachella para ver a No Doubt por primera vez en nueve años? ¡Están locos! Si de alguna manera yo pudiera explicar el amor que siento por ustedes esta noche”, dijo Stefani a su público antes de interpretar Total Hate ’95.

Y entonces los californianos le dieron un regalo más a su público, invitaron a Olivia Rodrigo al escenario para que juntos, con coreografía y todo, dieran vida a Bathwater, canción a la que le siguió un cóver instrumental de One Step Beyond de los británicos de Madness.

El tiempo justo para que todos llegaran a la orilla de la pasarela del escenario y Gwen se cambiara de vestuario —un conjunto blanco de shorts y chamarra con cristales que formaban la frase No Doubt en la espalda y una media falda escocesa asimétrica que combinaba con sus botas altas rojas—, y así, cerquita de la gente, No Doubt presentó un video de los inicios de su carrera mientras daban vida a Simple Kind Of Life.

De vuelta al escenario principal Gwen no dudó en sacar sus pasos más sensuales y comenzar a cantar Underneath It All, canción que tuvo un coro de miles de personas que la entonaron; también llegaron Happy Now?, Don’t Speak, Just A Girl y Spiderwebs, de las que no podían faltar en este nostálgico regreso de No Doubt.

Por Jorge