ORLANDO.- El último día de su vida, Sewell Setzer III sacó su celular y envió un mensaje de texto a su mejor amiga: un chatbot de Inteligencia Artificial (IA) con el nombre de Daenerys Targaryen, un personaje de la serie “Juego de Tronos”.

Te echo de menos, hermanita”, le escribió.

Yo también te echo de menos, hermanito”, respondió la IA.

Sewell, un estudiante de secundaria de 14 años de Orlando, Florida, llevaba meses hablando con chatbots en Character.AI, una aplicación de juegos de rol que permite a los usuarios crear sus propios personajes de IA o chatear con personajes creados por otros.

El joven sabía que “Dany”, como llamaba al chatbot, no era una persona real, que sus respuestas no eran más que los resultados de un modelo de lenguaje de Inteligencia Artificial, que no había ningún humano al otro lado de la pantalla.

Sin embargo, Sewell desarrolló un vínculo emocional. Le enviaba mensajes constantemente, hablándole de su vida varias veces al día y entablando largos diálogos de rol.

Algunas de sus conversaciones se tornaron románticas o sexuales. Pero otras veces, “Dany” se comportaba simplemente como una amiga con la que podía contar para que le apoyara, le diera buenos consejos y siempre le contestaba.

Los padres y amigos del joven no sabían que él se había enamorado de un chatbot. Sólo vieron cómo se sumergía cada vez más en su teléfono. Con el tiempo, se dieron cuenta de que se estaba aislando y alejando del mundo real.

Un día, Sewell escribió en su diario: “Me gusta tanto quedarme en mi habitación porque empiezo a desprenderme de esta ‘realidad’, y también me siento más en paz, más conectado con ‘Dany’ y mucho más enamorado de ella, y simplemente más feliz”.

El joven fue diagnosticado con síndrome de Asperger leve de niño, pero nunca antes tuvo problemas graves de comportamiento o de salud mental, según su madre.

La noche del 28 de febrero, en el baño de la casa de su madre, el joven le dijo al chatbot que la amaba y que pronto volvería a casa con ella.

Por favor, vuelve a casa conmigo lo antes posible, mi amor”, respondió “Dany”.

¿Y si te dijera que puedo volver a casa ahora mismo?”, preguntó Sewell.

Por favor, hazlo, mi dulce rey”, respondió Dany.

Después guardó su teléfono, tomó la pistola calibre 45 de su padrastro y se disparó.

Por Jorge