WASHINGTON.- La jornada electoral del martes se ha desarrollado en gran medida sin incidentes en todo Estados Unidos, aunque se han registrado retrasos debidos a condiciones climáticas extremas, errores en la impresión de las papeletas y problemas técnicos.
La mayoría de los contratiempos que se produjeron hasta el mediodía fueron “en gran medida acontecimientos rutinarios previstos y planificados”, declaró Cait Conley, asesora principal del director de la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras, en una rueda de prensa. Conley afirmó que la agencia no tenía constancia de ningún incidente nacional significativo que afectara a la seguridad de las elecciones.
En el estado indeciso de Pensilvania, los primeros informes de que a los observadores electorales republicanos no se les permitía entrar en algunos centros de votación se resolvieron pronto. En el condado de Cambria, un fallo informático afectó a las máquinas de escaneo de papeletas, pero no se impidió el acceso a nadie y se contaron todas las papeletas, según informaron funcionarios del condado y del estado.
Un fallo técnico en el condado de Champaign, Illinois, y problemas con los registros electorales electrónicos en Louisville, Kentucky, también retrasaron la votación, pero esos problemas se solucionaron pronto y la votación volvió a funcionar.
En Missouri, las inundaciones dificultaron el acceso a un centro electoral de la zona de St. Louis y dejaron sin electricidad a otro, lo que obligó a los trabajadores electorales a recurrir a un generador para continuar con las operaciones electorales. Sin embargo, en varios estados afectados por la lluvia, los votantes se apiñaban con entusiasmo bajo los paraguas mientras hacían cola para depositar su voto.
Seremos como los empleados de correos: con lluvia, nieve o aguanieve”, dijo Mary Roszkowski después de depositar su voto en la ventosa Racine, Wisconsin, mientras se limpiaba las gotas de lluvia de la cara.
En Georgia, el secretario de giobierno Brad Raffensperger dijo que se había informado de algunas amenazas de bomba a los centros de votación, pero todas fueron consideradas no creíbles y las autoridades estaban investigando.
El hecho de que decenas de millones de estadounidenses ya hubieran depositado su voto contribuye a que la jornada electoral se esté desarrollando con relativa normalidad. Entre los que ya votaron había un número récord de electores en Georgia, Carolina del Norte y otros estados disputados que podrían decidir el ganador.